¡Cada Niño, un Niño Deseado!

Los que recordamos los! años de los sesenta y setenta, sin duda recordamos el avance en la organización de clínicas de planificación familiar.
Estos grupos de pro-planificación procuraban ganar la aprobación pública a través de un lema
aparentemente muy noble que rezaba así: “Cada niño, un niño deseado”.
Pero detrás de este lema había propósitos que no eran tan buenos.
El concepto de “cada niño, un niño deseado” nació de un deseo egoísta de librarse de la responsabilidad de criar niños. Los niños son un estorbo para las mujeres que llevan una
carrera, o las que buscan una vida “hedonista” (doctrina que considera el placer como el todo en la vida).
Muy pocos se detuvieron en ese entonces a considerar el pequeño paso entre “cada niño, un niño
deseado” y otro lema que reza: “Cada niño no deseado debe ser abortado”. El aborto provocado para quien lo quería fue lógicamente el siguiente paso a tomar.
Según los que iniciaron este movimiento, al permitir el nacimiento y la crianza de sólo niños deseados, el resultado sería familias más felices y habría menos violencia doméstica.
Pero eso no ha sido el caso. Hasta los
mismos niños “deseados” han llegado
a ser objeto de odio y violencia
cuando “interfieren” con sus padres
hedonistas. Además, ya hemos dado
el paso de clínicas de planificación
familiar a clínicas de aborto. ¿Cuál
será el siguiente paso?
Hay sólo un pequeño paso de “cada niño, un niño deseado” a otro lema que reza: “Cada persona, una persona deseada”.

El próximo paso
que lógicamente tomaría este
concepto sería la “eutanasia” (teoría
que defiende el terminar con la vida
de un enfermo que no tiene cura). En
los años pasados ha existido una
fuerte resistencia contra la
eutanasia. Sin embargo, se vuelve
cada día más aceptada. Si es
aceptable acabar con bebés no
deseados para ahorrarles el sufri
miento, ¿no sería igual de aceptable
también acabar con los ancianos y
enfermos que no tienen cura para
acortarles el sufrimiento?
Pero tomar tal paso no traerá
felicidad al mundo. La violencia
siempre seguirá en aumento. No
solucionará los problemas de la
humanidad. El ejemplo del aborto
ha probado que no es la solución al
problema de la violencia en el hogar.
Más bien, la violencia en el hogar ha
aumentado. Tenderíamos a creer que
con el fácil acceso a los anticonceptivos y la facilidad de practicarse un aborto, habría menos niños no deseados y menos infantes que regalar.
Esto nos lleva a otro problema
que hasta hace poco se ha mantenido
oculto. Se ha reportado caso tras
caso de abandono de bebés; casos de
madres que dejan sus bebés a la
puerta de una casa o los tiran en un
basurero.

Un artículo en la revista USA Today, del 9 de febrero, 2000,
dice que los bebés abandonados son
un problema que ya no se puede
ignorar. Cada año centenares de
mujeres jóvenes dan a luz sólo para
deshacerse de su bebé no deseado.
En el año de 1999 hallaron cuerpe
citos de bebés en muchos lugares,
como en un basurero detrás de un
colegio en Texas, en un servicio
sanitario en una gasolinera en
California, y en el Río Misisipí.
Por todo el país de los Estados
Unidos se ha estado haciendo
campañas con lemas que rezan:
“Salve a su bebé”. Los hospitales y
otras instituciones le han facilitado
el proceso a las madres que desean
deshacerse de sus bebés no desea
dos para que no los maten. Los
reciben sin hacerles preguntas y sin
poner demandas por abandono.
Una señora en el estado de
California tiene un cementerio para
bebés abandonados (ya muertos).
“Adopta” a los infantes muertos.
Esta señora recibe los bebés de la
morgue. Su padre hace pequeños
ataúdes y personas voluntarias
fabrican cobijas para cada bebé.
Luego los pequeños son sepultados
en un cementerio llamado: “El
Jardín de los Ángeles”.
Nuestra sociedad propone otras
soluciones al problema. Algunos
dicen que se debe facilitar aun más
la planificación y el aborto. Otros recomiendan leyes más estrictas contra el infanticidio y el abandono de bebés.
Pero hay muy pocos que reconocen que la única solución es un cambio de corazón. La única manera de solucionar los problemas de esta índole es mediante una entrega de su vida a Jesús y a las enseñanzas de la Biblia. Cuando se ignora lo que la Biblia dice en cuanto a la fornicación y la
inmoralidad, el resultado será más
niños no deseados. Y cuando se ignora la enseñanza bíblica acerca de lo sagrado de la vida humana, ya sea dentro del vientre o fuera de él, se complica aún más el problema.
Para el cristiano, cada bebé (y cada
adulto) es un bebé deseado (o un
adulto deseado), sin importar las
circunstancias de su concepción o nacimiento.                                                                                                   Nosotros como cristianos queremos a cada uno de nuestros hijos y los amamos sin importar si los esperábamos o no.
Dios lo llama a usted, él llama a
nuestra sociedad, a entregarse a su
Hijo, Cristo Jesús, y a seguir sus
mandatos para la familia. “Maridos,
amad a vuestras mujeres, así como
Cristo amó a la iglesia…. Las
casadas estén sujetas a sus propios
maridos, como al Señor…. Y
vosotros, padres, no provoquéis a
ira a vuestros hijos, sino criadlos
en disciplina y amonestación del
Señor” (Efesios 5:25, 22; 6:4).
—Roger Berry
Tomado de: Reaching Out

Nota de la redacción:
Te ofrecemos un folleto sobre
el aborto que se llama, “Niños
Desechados”. Si deseas uno,
sírvete escribirnos, pidiendo tu ejemplar

Cualquier correspondencia debe
dirigirse a:
La Antorcha de la Verdad
Apartado Postal #15
Pital de San Carlos
Costa Rica, C. A